Historia

Historia de la Junta de Historia y Numismática Americana, luego Academia Nacional de la Historia.

La Academia Nacional de la Historia fue creada con la denominación de Junta de Numismática por el teniente general Bartolomé Mitre, padre de la historiografía argentina, y por otros destacados cultores de esa disciplina.

La primera medalla auspiciada por la entidad lleva fecha 4 de junio de 1893, día que se tiene como el de su fundación por decisión emanada de sus integrantes en la sesión del 5 de octubre de 1902.

Poco antes, en 1901, a sugerencia del mismo Mitre, quien estimó que era necesario que la institución “diera señales de vida, haciendo algo práctico y de utilidad y no limitarse a acuñar medallas”, quedó regularizada su existencia orgánica con el nombre de Junta de Historia y Numismática Americana.

El ilustre historiador y hombre público ocupó dicho cargo hasta su muerte, en 1906. Lo sucedió Enrique Peña, quien le dio a la entidad su marco estatutario y una proyección más allá de su propio ámbito.

Sucesivos presidentes (Antonio Dellepiane, Ramón J. Cárcano, Carlos Correa Luna y Ricardo Levene) fueron perfilando y generando un vasto campo de actividades para la Junta, que se convirtió en referente principal en la disciplina en el país y en una de las más importantes en las naciones de habla hispana.

Cuando ya contaba con gran número de acuñaciones, publicaciones periódicas y diversos volúmenes sobre el pasado argentino, Levene obtuvo en 1938 su cambio de denominación por el de Academia Nacional de la Historia.

Luego de las primeras reuniones celebradas en casa de Alejandro Rosa, ubicada en la «Manzana de las Luces», dos fueron los edificios que albergaron a nuestra institución: el del antiguo Congreso Nacional, por entonces sede del Archivo General de la Nación (1906-1918) y el del Museo Mitre (1918-1971).

En ese último año, retornó al ámbito del antiguo Congreso, de la que fue designada custodia, y amplió sus instalaciones a través de sucesivas cesiones de espacio por parte del Banco Hipotecario Nacional, en cuyo interior albergaba parte del histórico edificio, y por su actual ocupante, la Administración Federal de Ingresos Públicos.