Prisioneros de Guerra. Memorias de las Casasmatas del Callao (1813-1820)
A raíz de su correspondencia con su contemporáneo el general Jerónimo Espejo, el coronel Juan Isidro Quesada decidió ordenar y poner por escrito sus memorias de juventud sobre su larga prisión en las Casamatas de la fortaleza realista de El Callao. También requirió los recuerdos de su amigo el mayor Pelliza, quien se los remitió y se conservaron en su archivo. Ambos textos, principalmente el más extenso de Quesada, constituyen unas de las muy escasas narraciones sobre la vida de los militares patriotas que vivieron la pesadilla de las cárceles militares de aquella época. Su relato no se limita a la vida en aquella prisión sino que cuenta en detalle su traslado, desde el momento en que fue hecho prisionero en el Alto Perú, hasta su llegada a El Callao. Pese a vestir el uniforme de oficial, Quesada era apenas un adolescente, en cuya mente se grabaron para siempre detalles muy puntuales de las situaciones que atravesó, lo que da más color a sus memorias, que Pelliza complementa muy útilmente.